"Socialmente es como hace 20 años"

Ferran Pujol
La Vanguardia
"Socialmente es como hace 20 años"
Un activista critica que aún no se conoce bien la infección ni se hace lo posible para prevenirla
MARTA RICART - Barcelona 01/12/2006
"Me duele que no lleguemos al fondo en la pedagogía para que los jóvenes alcancen la edad sexual preparados"

Ferran Pujol, nacido en Reus hace 47 años, supo que estaba infectado con el virus causante del sida (VIH) en 1986 - aunque quizás el contagio vía sexual fue años antes-. Le dieron dos años de vida y en sus primeros años reunió criterios médicos para ser considerado enfermo de sida. Pero mejoró a la par que la medicación. "No me considero un enfermo - afirma-, sólo portador de un virus y hago vida normal, puede que el virus progrese, pero quién sabe, el futuro es prometedor". Con la perspectiva de veinte años, señala que la infección ha mejorado "de forma espectacular" en el aspecto médico en los países donde se trata, pues pese a la obligación de tratarse de por vida o los efectos secundarios, el diagnóstico de portador del VIH ya no supone la muerte certera a corto plazo. "Socialmente, estamos igual que hace veinte años", asegura. Su receta: pedagogía.
Cuando Pujol supo que era seropositivo, eran los años de expansión brutal de la epidemia y se involucró en la lucha. En 1993 fundó Projecte dels Noms que buscaba recordar que "morían personas normales" popularizando el tapiz tejido por familiares y amigos en memoria de sus muertos. La última iniciativa de Projecte dels Noms - entidad vinculada a Hispanosida y dirigida sobre todo a hombres que practican sexo con hombres- es la prueba rápida del VIH, con resultados en media hora. Busca aumentar el diagnóstico precoz de infectados, para evitar que desarrollen el sida o transmitan el virus a otros. En un mes, el servicio se ha colapsado. Cien pruebas de VIH y 50 de sífilis han detectado cinco positivos y corroborado que se practica el sexo sin preservativo, incluidas personas con infecciones, que saben o no que las tienen, pero pueden transmitirlas.
Pujol aboga por que se disponga de datos - respetando la confidencialidad- de cuántas personas se infectan de VIH, para afinar en las políticas de prevención. Y también apuesta por promocionar el preservativo y hablar del sexo sin tabúes. "Me alegra - señala- colgar el tapiz del sida con el alcalde o la consellera, pero me duele que no lleguemos al fondo en la pedagogía para que los jóvenes alcancen su edad sexual preparados, no sólo ante el VIH sino otras enfermedades sexuales o el embarazo no deseado. Ni con 25 años de sida hemos llegado en España al nivel de otros países vecinos, donde hay una constante información del sida y de cómo evitar el VIH y cuándo no existe riesgo. Aquí hemos hecho avances, claro, pero, por ejemplo, ¡cómo puede ser que la distribución de preservativos en institutos aún depende de que el centro lo pida? Antes se culpaba a la ideología del Govern, ¿qué obstáculo hay ahora?".
Pujol critica que como nadie está bien informado, ni en grupos vulnerables, no se es consciente del riesgo del VIH, ni se sabe cómo tratar a un infectado. "Incluso en países con muchísima población infectada, quien no lo está piensa que nunca se infectará, que el VIH es cosa de monstruos sexuales, y no es así". Los reparos sociales favorecen la discriminación, asegura Pujol. "Está institucionalizada: nadie critica a Estados Unidos por vetar a seropositivos extranjeros", cita como ejemplo.